Hiroshima (Japón) (EFE).- Los líderes del G7 anunciaron este viernes nuevas sanciones para hacer pagar a Rusia por la guerra en Ucrania y reafirmaron su compromiso de ayudar a Kiev “el tiempo que sea necesario”.
El Grupo de los Siete desveló esa posición en un comunicado conjunto al término de una reunión a puerta cerrada sobre Ucrania, que se celebró en el primer día de la cumbre de mandatarios en Hiroshima.
“Estamos imponiendo más sanciones y medidas para aumentar el coste para Rusia y para aquellos que apoyan su esfuerzo bélico”, dijeron los líderes en su comunicado, en el que también renovaron su compromiso para apoyar a Ucrania a nivel financiero, humanitario, militar y diplomático.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció además que se encuentra de visita en Arabia Saudí, donde hoy comienza la cumbre anual de jefes de Estado de la Liga Árabe, para mejorar “los lazos de Ucrania con el mundo árabe” y no viajará a Japón para asistir a la cumbre del G7, aunque participará en la reunión de forma remota.
Medidas económicas para cortar la financiación de Moscú
El G7 detalló algunas de sus “sanciones coordinadas” y otras medidas económicas para cortar las vías de financiación de Moscú y su uso de productos y materiales que puedan emplearse en la industria militar, entre las que destacan restricciones a “nuevos sectores clave” como el de la construcción, el transporte y los negocios.
Las nuevas medidas también tratarán de evitar que Rusia pueda eludir las sanciones vigentes, lo que comprende trabajar con terceros países “a través de los cuales los bienes, servicios y tecnologías restringidos por el G7 pueden ser suministrados” a Moscú.
En términos generales, el Grupo de los Siete explicó que sus nuevas acciones buscan cortar el acceso de Moscú al sistema financiero internacional y “limitar sus ingresos energéticos y futuras capacidades de extracción”, según el comunicado.
Destacaron asimismo su voluntad de continuar reduciendo su dependencia de la energía rusa y de otras materias primas, y de reducir los ingresos que Rusia obtiene del comercio de diamantes, para lo cual “se cooperará con otros países claves” en este sector con vistas a aplicar “futuras medidas restrictivas”.
Los países del G7 acordaron también avanzar con prontitud en la regulación de la inteligencia artificial (IA) generativa, como el bot de conversación ChatGPT, para abordar los riesgos que entraña su rápida proliferación.
EE.UU., Canadá y Reino Unido a la cabeza de las sanciones
Pese a que el G7 quiere mostrar unidad, tres de los países del grupo (Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido) han liderado esta nueva ola de sanciones, mientras que otros tres (Italia, Alemania, Francia) anunciarán próximamente un nuevo paquete acordado dentro de la Unión Europea.
En línea con esta declaración conjunta, Japón tiene previsto también ampliar su listado de empresas y particulares sancionados con actores de los sectores de la construcción y la manufactura industrial.
En concreto, según adelantó a la prensa un alto funcionario estadounidense, Estados Unidos incluirá a 70 entidades de Rusia y otros países en una “lista negra” del Departamento de Comercio para que no puedan recibir exportaciones estadounidenses.
Además, el Ejecutivo estadounidense impondrá 300 nuevas sanciones contra individuos, entidades, barcos y aviones que están ayudando a Rusia a evadir las sanciones impuestas por Occidente por la guerra en Ucrania o que contribuyen a financiar el conflicto, por ejemplo mediante la compra de recursos energéticos.
Por su parte, Reino Unido anunció que prohibirá las exportaciones de diamantes de Rusia y vetará las importaciones de cobre, aluminio y níquel de origen ruso.
Según informó Downing Street -oficina y residencia oficial del primer ministro, Rishi Sunak- en un comunicado, las nuevas restricciones económicas afectarán a 86 individuos y empresas vinculadas al complejo industrial ruso y otros sectores claves para la economía de Rusia, como la energía, los metales y el transporte por barco.
Rusia minimiza el impacto de las sanciones
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, minimizó el impacto de las sanciones de la Unión Europea y el Reino Unido contra del comercio de diamantes rusos.
“Como muestra la práctica con otras mercancías, con otros productos. Si los dejan de comprar en un lugar, comienzan a comprarlos en otros. En esto no se generan lagunas”, declaró en su rueda de prensa diaria.
Según el portavoz de la Presidencia rusa, “el mercado mundial es muy móvil y rico en direcciones alternativas”.
Asimismo, Canadá tiene previsto anunciar sanciones contra 17 individuos y 18 compañías rusas que proporcionan al Kremlin tecnología para uso militar, detalló a la cadena CBC un funcionario canadiense, quien adelantó que habrá sanciones también contra 30 individuos por violaciones de los derechos humanos.
“Una paz justa” incluye la “retirada completa” de las tropas rusas
En el comunicado conjunto, de seis páginas, la idea de lograr una “paz completa, justa y duradera” ocupa un lugar destacado: aparecía como la segunda de las once secciones del escrito.
Específicamente, el G7 consideró que no se puede lograr una “paz justa” sin la “retirada completa e incondicional” de las tropas rusas, aunque como en otras ocasiones el grupo evitó comprometerse específicamente con la recuperación por parte de Ucrania de territorios ocupados por Rusia como la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
Los mandatarios del G7, sin embargo, reafirmaron su compromiso con los planteamientos para lograr la paz que ha hecho el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Visita histórica y emotiva
Los líderes del G7 escenificaron su rechazo al uso de las armas nucleares en su visita a Hiroshima, la primera ciudad en sufrir los horrores de un bombardeo atómico antes del comienzo de la cumbre.
Los mandatarios del Grupo de los Siete visitaron por primera vez juntos el Museo y Parque de la Paz de Hiroshima (oeste de Japón), antes de dar arranque a la 49 cumbre de este foro en esta ciudad nipona.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, quiere que el desarme nuclear sea uno de los grandes temas de la cumbre, en la que ejerce de anfitrión, y con este fin guió a sus colegas del G7 por las instalaciones dedicadas a rendir tributo a los centenares de miles de personas que perecieron por la bomba lanzada por Estados Unidos sobre la ciudad el 6 de agosto de 1945.
Kishida dedicó más tiempo durante la visita a departir con el presidente estadounidense, Joe Biden, y recibió gestos de cariño del mandatario francés, Emmanuel Macron, antes de que todos los líderes presentaran sus respetos en silencio y con una reverencia ante el epitafio dedicado a los fallecidos.
Especialmente emocionados se mostraron el líder británico, Rishi Sunak, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, mientras que Biden permaneció con semblante serio durante el acto. El actual ocupante del Despacho Oval es el segundo presidente en activo de Estados Unidos en visitar el Museo y Parque de la Paz después de que lo hiciera en 2016 Barack Obama.
Keiko Ogura, superviviente de la bomba de Hiroshima
Los líderes mundiales se reunieron además con una “hibakusha” (superviviente) de Hiroshima, Keiko Ogura, de 85 años y quien tenía ocho cuando se produjo la tragedia.
Ogura ha dedicado la mayor parte de su vida a difundir sus trágicas experiencias del ataque nuclear y ha narrado cómo ese día la ciudad se convirtió en “un mar de fuego” donde se movían figuras que parecían fantasmas tratando de abandonar la misma.
Los líderes del G7 planean expresar en su declaración conjunta al término de la cumbre su voluntad para lograr un mundo libre de armas nucleares, aunque la previsible falta de medidas concretas hacia esta meta ha sido criticada por organizaciones antinucleares y por algunas voces en Japón, país que está cubierto por el “paraguas” nuclear de EE.UU.
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