Gaza (EFE).- Israel y las milicias palestinas de la Franja de Gaza acordaron hoy un alto el fuego que pone fin a una intensa jornada de violencia en la que se lanzaron más de 100 cohetes desde Gaza, que Israel respondió con fuertes bombardeos.
Según fuentes palestinas, el acuerdo fue alcanzado tras la mediación de Egipto, Catar y las Naciones Unidas, después de casi 24 horas de tensión, que se saldaron con un muerto y cinco heridos en la Franja y tres heridos en territorio israelí.
Hasta el momento Israel no se ha pronunciado al respecto pero la situación se ha tranquilizado este miércoles, tras los últimos cohetes y bombardeos de esta madrugada.
Esta mañana, el Ejército israelí dijo a los ciudadanos de las comunidades colindantes con Gaza que podían volver a su rutina cotidiana, revirtiendo la instrucción de ayer de permanecer en áreas cercanas a refugios antiaéreos.
Tras sonar de forma incesante desde la mañana de ayer, las sirenas en estas comunidades sonaron por última vez sobre las 5:30 de la mañana de este miércoles (2:30 GMT), mientras que el último bombardeo israelí sobre Gaza tuvo lugar casi dos horas antes.
Un muerto y ocho heridos
El Ministerio de Sanidad gazatí confirmó esta mañana que un hombre de 58 años murió y otros cinco resultaron heridos por impacto de metralla durante los bombardeos israelíes, que según el Ejército tuvieron como objetivo campos de entrenamiento, fábricas de armamento, almacenes de armas, túneles y bases militares pertenecientes al movimiento islamista Hamás, que gobierna en la Franja.
Por su parte, un portavoz militar israelí precisó que las milicias palestinas lanzaron 104 proyectiles desde Gaza.
Uno de estos cohetes impactó en una fábrica en la ciudad de Sderot, hiriendo a tres trabajadores de origen chino.
Se trata este del mayor ataque desde Gaza en lo que va del año, y el mayor desde la escalada de tres días registrada en agosto del año pasado entre el Ejército israelí y la Yihad Islámica Palestina (YIP), grupo considerado terrorista por Israel, EE. UU. y la Unión Europea.
El ataque se desencadenó tras la muerte ayer en prisión de Jader Adnan, miembro de YIP, después de 86 días en huelga de hambre en una cárcel israelí.
Adnan, oriundo de un pueblo palestino en el norte de Cisjordania ocupada, se había convertido en un símbolo de resistencia para los presos palestinos, a fuerza de cinco huelgas de hambre durante sus diez detenciones en cárceles israelíes.
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