El cambio de director general del hospital de Calle’i trae consigo expectativas positivas. La formación y la trayectoria del nuevo director general Lucio Aguilera hacen presumir que no le falta idoneidad para ejercer el cargo, y que ellas tendrían que permitirle detectar los principales problemas y atacarlos con eficacia, por supuesto, no todo dependerá de él, ya que sus colaboradores son claves en el desafío de mejorar integralmente el hospital.
El jueves de la semana pasada asumió el Dr. Juan Lucio Aguilera como nuevo director general del Hospital General de San Lorenzo (HGSL), en remplazo de Luis Prats. El cambio tuvo una amplia repercusión en la ciudad, y no era para menos, ya que su antecesor no estuvo a la altura del cargo, fue muy criticado a lo largo de casi cinco años por su inoperancia y su empastelada soberbia. Hechos que hemos compartido en todo aquel periodo.
El inicio de esta nueva etapa en el HGSL trae consigo expectativas positivas. La formación académica y la trayectoria, una trayectoria fundada como un hombre de la casa y como exdirector general entre los años 2013 y 2018, hacen presumir que no le falta idoneidad para ejercer el cargo, y que ellas tendrían que permitirle detectar los principales problemas y atacarlos con eficacia, por supuesto, no todo dependerá de él, ya que sus colaboradores son claves en el desafío de mejorar integralmente el hospital, incluso sus padrinos políticos.
Son varios los retos que enfrentará el nuevo director, como la atención en general, que desde hace mucho ha dejado de ser con calidez, y que ha tenido niveles de escándalo nacional como aquel bochornoso espectáculo que protagonizaron un familiar de paciente y un médico, ocasión en que «resolvieron» la dolencia de una paciente a golpes, fue un 17 de agosto del año 2022; igualmente la calidad, empezando por lo básico: la limpieza y orden, tantas veces reclamada; una dirección abierta a la inquietud ciudadana y a la prensa, sobre todo local; la despolitización.
Urge que el nuevo director solicité una auditoria administrativa, ya que se han escuchado sospechas de malos manejos. Por ejemplo, sería oportuno saber cómo se invirtió la primera transferencia del ministerio, unos 45 millones del periodo 2022.
Su primer discurso como director transmitió confianza y un nivel importante de empatía que su antecesor nunca demostró. Mencionó temas vitales: la infraestructura, la calidad y la calidez, cuestiones que priorizará en su gestión, según anunció.
Lucio Aguilera merecerá el reconocimiento ciudadano si realiza sus tareas como corresponde, pues de lo contrario saldrá lamentablemente igual que Prats, por la puerta del fondo.
Por ahora y por obvias razones, habría que darle al nuevo director Lucio Aguilera un voto de confianza, inspirado en el común anhelo de que el hospital mejore para beneficio de todos.
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