Si tienes la costumbre de hablar solo en voz alta, no estás loco y probablemente sabes lo que quieres. Los soliloquios —así se llaman— son beneficiosos para focalizarte en tus obligaciones diarias y mantener la concentración, entre otros aspectos. Las conversaciones con uno mismo son un indicativo de que gozas de una buena salud mental y tienes un cerebro sano.
Las conversaciones con uno mismo sirven para ordenar los pensamientos y entrenar la capacidad de lógica y razonamiento. Las personas tienden a ocultar este hábito por su connotación de falta de cordura, aunque nada está más lejos de la realidad. Lo cierto es que si tú también mantienes diálogos internos, no tienes por qué avergonzarte, pues lejos de ser un problema, se trata de un signo de autoestima y de un intelecto en forma.
¿Por qué es bueno hablar con uno mismo?
Repasar la lista de la compra o la lección que entra en el examen en alto te reportará un mayor rendimiento cognitivo e incrementará tu capacidad para aprender nuevos conceptos. Los psicólogos coinciden en que estos son solo algunos de los beneficios que tiene soliloquiar:
- Pensar en voz alta te ayuda a motivarte cuando tienes que hacer tareas aburridas y recordarte cuáles son tus metas. Verbalizar una idea estimulará tu cerebro que, al visualizarla inmediatamente, aumentará tu predisposición y tu productividad en el momento de desempeñar cualquier actividad. Además, cuando te congratulas por tus propios logros, refuerzas la seguridad en ti mismo.
- Tu capacidad de concentración se verá favorecida. Esta práctica te permite diferenciar entre lo importante y lo prescindible, entre lo que te interesa en cada momento y lo que puede esperar. Verás con mayor claridad aquellas tareas de las que debes preocuparte realmente y las cuestiones insignificantes, que una vez has sacado fuera de cabeza, no volverán a distraerte.
- Hablar solo es bueno para la memoria. Con este acto se activan los mecanismos sensoriales del cerebro que absorben y retienen la información e integran los nuevos conocimientos que has adquirido.
- Las personas que discuten con ellas mismas saben desentrañar mejor las causas de un conflicto, así como las posibles consecuencias de su intervención. Los pensamientos que afloran al exterior ayudan a la toma de decisiones.
- Dialogar con uno mismo mejora la expresión lingüística y la capacidad para exponer ideas, por eso es bueno ensayar una presentación en público. Los expertos coinciden en que este hábito se entrenan las habilidades sociales. Practicar delante del espejo una entrevista de trabajo o una conversación en una primera cita te sube la autoestima y te permite controlar mejor los nervios.
- Evita las frustraciones. Si analizas una situación en voz alta, detectarás en qué has fallado, y si haces una autocrítica constructiva, aprenderás de tus errores a la hora de perseguir tus propósitos.
- Significa que tu mente está atenta y controla lo que sucede en el presente. Ello te hace disfrutar del momento actual sin que el pasado te atormente, ni el futuro te preocupe en exceso.
Comentarios de Facebook