Al Rayadito se le agotó el crédito que le quedaba para pelear el ascenso, ante una derrota 2-1 contra Rubio Ñu que catapulta cualquier tipo de ilusión. Van recién tres fechas de la segunda rueda, falta una eternidad, pero este nuevo aplazo dejó en K.O al equipo de Sergio Orteman, que ya no podía permitirse resultados adversos.
Por Sergio Velázquez
En San Lorenzo ya no había margen para el error; una nueva derrota significaba directamente levantar el pañuelo del adiós y despedirse de cualquier posibilidad, más allá de lo que digan las matemáticas.
El equipo «santo» volvió a ser tácticamente superado por un rival, quien tras esta victoria desplaza al cuadro chaqueño de 12 de Junio para colocarse como único líder del certamen, que quizás alguna vez fue, pero que en definitiva ya no es ni será para el Rayadito quien se hunde cada vez más, quedando hoy por hoy a 11 unidades del segundo lugar.
Así como está la cosa, los equipos que se perfilan para pelear los dos lugares a Primera División serán Rubio Ñu, 12 de Junio y Capiatá; Tacuary también ya quedó algo marginado, así que probablemente la cuestión quede entre esos tres clubes.
Para San Lorenzo significa un nuevo año perdido, y madurar es saber que cuando un equipo en serio piensa en subir, gana la mayor cantidad de sus partidos y juega con una actitud ganadora, todo lo contrario a este equipo rayadito, quien hace años dejó de ser animador de la Intermedia.
A San Lorenzo le quedan 12 partidos, y todavía debe enfrentarse a equipos candidatos a subir. Chances matemáticas hay, pero solo por la cantidad de partidos que aún queda. La realidad marca otra cosa y es que este equipo no le encuentra la vuelta, no se impone contra equipos de media tabla, pierde de local ante candidatos al descenso, y cuando se enfrenta a rivales mayores, como en este caso Rubio Ñu, desnuda todas sus falencias.
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