En un partido aburrido, sin ideas claras, y repleto de impresiciones, el Rayadito no pasó del empate ante Carapeguá. Si bien, el rival de turno llegaba mal, peleando por el promedio, el cuadro santo no mostró ninguna supremacía y terminó la primera rueda algo alejado de la pelea por el ascenso.
Mal por donde se lo mire. San Lorenzo fue un fiel reflejo de lo que fue en casi toda la primera rueda: un equipo tibio, sin ambición, sin carácter, y con jugadores que no lograron interpretar lo pretendido por los entrenadores; llámese Luis Escobar, Miguel Cristaldo, o ya ahora Mario Jara, la moraleja que deja esta primera rueda es que hay que reforzar, y despedir a otros, porque así no alcanza.
Peor hubiera sido si el Rayadito perdía, y bien que pudo. Porque la necesidad de sumar puntos de local era tanta para el «Potro», que por momentos puso en apuros al equipo de Mario Jara.
Se terminó por fin la primera rueda del torneo y Jara tiene mucho en que trabajar. En su presentación habló de que la exigencia es el ascenso a Primera División, y si de verdad está en juego la posibilidad del retorno a la máxima categoría, hay que empezar con prescindir con algunos futbolistas que llegaron por «nombre», pero a la hora de la verdad no hicieron valer ese blindaje con el que llegaron.
Las chances de San Lorenzo están bastante intactas aún. Aquí es donde toca analizarlo con más optimismo: San Lorenzo jugó mal en casi todas sus presentaciones, aún así ha logrado promediar un buen puntaje, que si bien ahora no le alcanza para dar pelea arriba, al menos posicionalmente el equipo no empezará la segunda rueda remando muy de atrás. Está a seis puntos de la cima, aunque esa diferencia podría aumentar a nueve si Sol de América cierra esta jornada con una victoria.
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