El sitio Todo Noticias (TN) en su sección Con Bienestar publicó una nota respecto a un sistema de inteligencia artificial que detecta el COVID-19 por la voz
Un software de testeo más efectivo en el estadío inicial de la enfermedad que los otros métodos de diagnóstico, como el PCR o el análisis de anticuerpos. En la Argentina, se implementó en el hospital municipal de la localidad bonaerense de Suipacha. Compartimos la nota.
Con la voz, podemos activar controles de seguridad, dialogar con un celular o dar instrucciones a aparatos electrónicos. Esta herramienta también puede servir para detectar si una persona tiene o no coronavirus.
Existe un método con resonancia protónica que lo único que necesita es que el paciente hable o lea durante tres minutos. Estas grabaciones son procesadas por un software especial que mediante inteligencia artificial detecta las microfrecuencias que presentan en la voz las personas infectadas.
Se trata del Aquera RSI, un sistema de identificación con mayor precisión en el diagnóstico que los métodos tradicionales en los estadíos iniciales y finales de la enfermedad.
Este sistema informa si el paciente es positivo o negativo y además agrega datos que son importantes para el equipo médico: en qué etapa de la infección se encuentra la persona y brinda con cierta aproximación el lugar de alojamiento del virus, como boca, nariz, garganta, intestino, pulmones, cabeza y músculos.
La mayor fortaleza del sistema es que permite la detección de asintomáticos y falsos negativos, lo que mejora las chances de reducir los contagios. En la Argentina, se implementó en el hospital municipal de la localidad bonaerense de Suipacha después de que sufriera un brote que lo paralizó por completo.
Suipacha había logrado no tener casos de coronavirus desde que se inició la pandemia hasta el mes de junio, cuando un médico que residía en el Gran Buenos Aires llegó al hospital municipal para hacer una guardia de fin de semana. A los tres días de irse, el profesional avisó que tenía síntomas propios de la enfermedad y resultó que había generado un brote grave.
Gran parte del personal comenzó a enfermar de coronavirus, llegando a tener que atender sólo urgencias por falta de recursos humanos. En ese momento, empezaron a usar el software de testeo a modo de prueba.
“Comenzamos con un proyecto de investigación que fue grabar a los pacientes internados con sospecha de COVID-19 y los ambulatorios que cumplían con el criterio de casos sospechosos. Utilizamos el sistema Aquera y también les realizamos un hisopado con la técnica RT-PCR, una tomografía de tórax y un análisis clínico”, explicó a Con Bienestar la bioquímica del hospital de Suipacha, María Elina Illanes.
De 144 personas estudiadas, obtuvieron 31 casos positivos por sistema PCR y 98 con el Aquera. “Lo que notamos es que en los primeros días en los cuales el paciente está infectado, pero no presenta síntomas, la sensibilidad de la técnica de PCR es más baja que la de Aquera”, consignó Illanes.
Y agregó: “Tuvimos pacientes que fueron negativos en un inicio por PCR y positivos por Aquera que al hacerle un hisopado a las 72 horas en muchos casos ese segundo resultado fue positivo. En otros, comprobamos que estaban infectados al realizarles un estudio de anticuerpos”.
La técnica PCR tiene baja sensibilidad al inicio del contagio porque necesita bastante carga viral para que sea positiva, de ahí surgen los famosos “falsos negativos”.
“Las conclusiones que obtuvimos fueron que Aquera brinda un rendimiento de diagnóstico adicional a las pruebas de PCR, sobre todo en la etapa inicial de la infección, y también en la final. Como es importante detectar este tipo de pacientes al inicio, este método sería eficaz en la identificación temprana de individuos asintomáticos para evitar la propagación del virus en la comunidad”, sostuvo la bioquímica.
La especialista apuntó que el resultado orienta al profesional, pero tiene que ser complementado con los otros estudios de diagnóstico.
Tras comprobar su efectividad, en el hospital se decidió comenzar a testear diariamente al personal con ese sistema, en lugar de utilizar el hisopado, que es un método más invasivo y para el que se necesita una estructura tecnológica con la que no cuentan (por lo que la entrega de resultados puede llegar a demorarse de a tres a cinco días).
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