El Rayadito sumó un punto tras empatar sin goles ante Sol de América, que resulta inútil ante las necesidades que tiene el equipo de ganar para recuperar tanto terreno perdido. Esta igualdad lo mantiene lejos de toda pelea y corta una racha de cuatro victorias al hilo (incluyendo su triunfo en Copa Paraguay).
Por Sergio Velázquez
San Lorenzo proyecta sus partidos sabiendo que casi ya no hay margen para el error. Perdió tantos partidos que un empate se siente como la propia derrota, y más en condición de local (independientemente de que viene jugando en otras canchas), contra rivales absolutamente ganables.
El equipo de Sergio Orteman recibió a Sol de América en el estadio de Martín Ledesma, y terminó con un empate que frena las expectativas que venía creándose entorno a la muy buena racha que se logró desde que asumió el DT uruguayo, aunque fue contra rivales «accesibles».
Sol de América entra en ese grupo de «ganables», siendo de los equipos más flojos en lo que va del año y que pelea la permanencia. En contrapartida, los que están peleando el ascenso no paran de ganar: ganó Rubio Ñu, y 12 de Junio de Villa Hayes hizo lo propio. Entonces si la diferencia de puntos ya era grande, ahora lo es más.
Este empate obliga, más de lo que ya está, a ganar donde sea y contra quien sea, y en la próxima jornada toca ser visitante nada más y nada menos que contra Rubio Ñu, quien marcha segundo con 34 unidades, y tiene 9 más que San Lorenzo (25), ubicado en la sexta posición.
Con una hipotética victoria del Santo, restaría a 6 puntos de diferencia, lo cual es un montón para que se pueda en algún momento desplazarlo. Ese partido podría considerarse una última oportunidad para el Rayadito, ya que perdiendo el equipo de la Santísima Trinidad le llevaría 12 de ventaja, y ante la falta de regularidad, lo más probable es que sea un año más perdido.
Así está el panorama, ¿puede mejorar? Claro, pero ya no hay margen. El encuentro será en «La Arboleda», el domingo a las 15:00.
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