Crear rutinas en los niños es muy importante porque estas les ayudan a tener una mayor seguridad en sí mismos, favorecen su concentración, estructura y enfoque, entre otros muchos beneficios.
«Las rutinas son parte fundamental de la vida de todo ser humano. ¿Aburridas? Para nada, si logramos generar un equilibrio que nos permita diseñarlas y ejecutarlas de forma divertida y, ¿por qué no? ¡en familia!».
Y es que, siempre estamos deseando salirnos de la rutina para intentar cambiar nuestro día a día, darnos caprichos o conseguir ser más ‘felices’, pero lo cierto es que las rutinas son muy importantes, sobre todo, para los peques. ¿Qué les aportan? La psicóloga nos explica que «las rutinas ofrecen a nuestros niños estructura, enfoque y concentración . Al trabajar estos tres espacios, la autogestión emocional del niño se regula y acto seguido genera bienestar a nivel de salud mental. Aunque sea difícil de creer, las rutinas evitan que nuestra vida se vuelva caótica y sin norte definido».
¿Por qué son tan necesarias las rutinas?
El equilibrio mental, la seguridad y la autoestima son algunas de las razones por las que las rutinas son muy necesarias tanto en adultos como en menores, pero también nos enseñan a conseguir llevar un orden, adquirir responsabilidades, nos ayudan a ser metódicos… Lo normal es que «papá y mamá deseen que su hijo sea obediente, con estructura, que sepa gestionar sus emociones, que cuide de sí mismo, que tenga un nutrido círculo de amigos, que siempre lleve presente sus valores y principios. Pero, además, también que el trabajo sea importante en su vida y que defina a temprana edad que desea estudiar a nivel profesional. Si deseas lograr todo esto, el punto de partida es construir junto a tu hijo una rutina que le ofrezca concentración, estímulos, refuerzos positivos y diversión. Es la fórmula perfecta para que aprenda a lograr cada meta que se trace en su travesía de vida», argumenta la psicóloga.
Parece una pócima mágica fácil de conseguir pero, en realidad, lograr tener unas rutinas bien cuidadas y cumplir con ellas no es algo sencillo de conseguir con todos los peques debido a las distintas personalidades y etapas madurativas, pero siendo constante y perseverante será lo mejor que puedas enseñar a tus hijos.
Y, ¿cuándo comenzar a crear sus rutinas?
Quizás te parece algo difícil de entender, pero cuanto antes inicies con las rutinas en tus peques mejores resultados tendrás. Por ello, cada edad tiene su tipo de rutinas que irán variando según las necesidades y requerimientos del niño. «Al mantener las rutinas y adaptarlas a nuestra evolución nos podemos permitir una vida organizada de forma asertiva y con resultados óptimos en los diversos ámbitos de nuestra travesía», asegura la psicóloga infantil.
Seguramente estarás pensado, claro, todo esto suena idílico… pero, ¿qué pasa con aquellos niños que son más dispersos, desordenados o desobedientes? «Es muy importante que las rutinas se vayan construyendo paso a paso, en este sentido, es ideal iniciar con ejercicios de ‘respiración’ que puedes realizar junto a tu hijo 2 veces por día, al levantarse y acostarse. De acuerdo a tu capacidad torácica vas contando al inhalar, retener, exhalar y descansar, se repite solo tres veces para evitar mareos», ejercicio que la psicóloga recomienda realizar durante una semana.
El segundo paso será realizar durante la segunda semana, en la que añadiremos a la ‘práctica de respiración’, la lectura de un cuento corto… «Es importante que este espacio de lectura sea creativo y divertido. Mamá y papá pueden hacer voces graciosas mientras se hacen pasar por los personajes e invitan al niño a hacerlo», sugiere. Y, por último, durante la tercera semana, a estas dos rutinas vamos a agregar una más «y le vamos a permitir al niño que la escoja», propone la psicóloga.
Otra forma de hacer que el peque cumpla con sus rutinas diarias es hacerlas visibles en una hoja o cartulina con un horario donde se reflejen los días de la semana, con fecha y hora. «El niño registrará en este horario sus actividades, por cada tarea cumplida, lo puede marcar con un lápiz o figurita. Al finalizar la semana recibirá un premio por su compromiso y dedicación. Siempre recomiendo que estos premios no sean dinero o cosas materiales, sino que es mejor ofrecer momentos en familia, salir al parque, comer un helado, ir al cine, una actividad o juego juntos».
¿Qué hacer si el niño se quiere salir de su rutina?
Salirse de la rutina de vez en cuando también es muy necesario y constructivo, por lo que si el peque quiere sentirse algún día más libre y dejar de lado horarios y actividades, «podemos fijar en nuestro calendario de rutinas un día libre (colócale un nombre divertido a este día), en el que el niño pueda hacer lo que desee. Esto permitirá que su disposición y esfuerzo para cumplir las tareas se vea reconocido y premiado de forma positiva».
Y, por último, otras situaciones especiales como pueden ser periodos de vacaciones o días diferentes también pueden trastocar nuestro día a día, ¿qué hacer en estos casos? «Transformar las rutinas y enfocarlas hacia actividades que generen emoción e inspiración a nuestros niños, pregúntales: ‘¿Qué te gustaría hacer en vacaciones?’ Y tomando en cuenta su opinión, reharemos nuestro horario de rutinas siempre conservando el día libre», aconseja.
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