Japón emprendió el viernes su mayor giro en materia de Defensa desde la II Guerra Mundial con su nueva hoja de ruta para la próxima década, cuyo objetivo principal según los expertos es contener el auge militar de China y mantener la posición dominante de Estados Unidos en Asia-Pacífico.
Por EFE
Los tres documentos aprobados por el Gobierno nipón incluyen un incremento del gasto militar del 50 % durante el próximo lustro, equiparándolo al nivel de los países de la OTAN, y la adquisición o desarrollo por primera vez de nuevo armamento como misiles de larga distancia o hipersónicos.
El profesor de la Universidad de Keio Ken Jimbo define la nueva estrategia como «uno de los cambios más significativos en el Japón de posguerra», y señala que ha sido diseñada para adaptarse a un nuevo escenario «en el que la superioridad militar de Tokio y sobre todo de EE.UU.- su principal aliado y garante de su Defensa- frente a China ya no puede darse por hecha».
Los rápidos avances chinos para reforzar sus capacidades antibuque y de misiles balísticos y de crucero, junto al dominio de la ciberguerra, «abren la posibilidad de que Pekín lleve a cabo un bloqueo aéreo y naval en la región», advierte este académico especializado en Seguridad y Política Exterior.
Por ello, señala que las nuevas directrices de Japón «buscan garantizar que Estados Unidos pueda desplegar activos y tener acceso operacional a una potencial zona de guerra», y cita posibles escenarios concretos como una invasión de Taiwán.
«El equilibrio de poder ha cambiado en la región en la última década», subraya en la misma línea el profesor Jeff Kingston, director de Estudios Asiáticos de la Universidad Temple de Japón.
Kingston considera que el cambio de rumbo de Japón «responde a su voluntad de estar a la altura de Estados Unidos dentro de la alianza de seguridad bilateral, de la que Tokio es miembro subordinado, más que al deseo de desarrollar capacidades más autosuficientes o autónomas de autodefensa».
A juicio del historiador, Japón «no tiene otra alternativa que no sea demostrar que está haciendo todo lo posible por mantener a Estados Unidos en la posición más fuerte en el tablero».
Carrera armamentística
Ambos expertos coinciden en señalar que la expansión del gasto militar de Japón se da en un contexto de carrera armamentística en la región durante los últimos años, y donde si bien Pekín ha protagonizado los mayores aumentos, también son notables las inversiones crecientes de la India o del grupo de países ASEAN, además de los avances en el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte.
China gastaba aproximadamente lo mismo en armamento que Japón en 2005. Desde entonces el gasto militar del gigante asiático se ha disparado hasta multiplicar por cinco el de Japón en 2020, según cifras comparadas del Instituto de Estudios de la Paz de Estocolmo.
«Si Japón no incrementa su gasto en defensa, podría desequilibrarse aún más el balance de poder en la región. Esto es un riesgo muy grande», señala Jimbo, quien también destaca que el presupuesto nipón de Defensa «ha sido significativamente inferior al de otros países» desde hace años.
Kingston cita la invasión rusa de Ucrania y los constantes test de misiles de Corea del Norte de este año -algunos de los cuales sobrevolaron territorio nipón- como otros factores que «han cargado de razones» al Gobierno para promover un mayor gasto militar y para lograr un mayor respaldo público a esta iniciativa.
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