Estuvo 26 días en cuidados intensivos del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Sus padres agradecieron a su ángel donante y a todo el equipo de cardiología. El informe del Ministerio de Salud.
«Que una niña pueda volver al seno familiar y que, dentro de poco, esté nuevamente compartiendo con sus amigos y familia, realizando actividades habituales propias de su edad, es una satisfacción que no se puede describir con palabras», mencionó el Dr. Marcos Melgarejo, jefe de cardiocirugía del hospital general pediátrico.
Los padres de la pequeña mencionaron el dolor que les causó no ver por un tiempo la sonrisa característica de su hija, situación que cambió cuando le dieron la noticia de que regresarían nuevamente a su hogar.
Además, solicitaron a los medios de comunicación continuar con el apoyo de campañas de donación de órganos para todas las personas que necesitan.
La pequeña estuvo en la lista de trasplante del INAT por más de un año. La situación crítica en la que se encontraba hizo que los médicos le implantaran un corazón artificial y, con ayuda de este dispositivo, ganó tiempo hasta la llegada de un donante.
Los médicos aprovecharon el momento para pedir hablar, dentro del seno familiar, sobre la importancia de donar órganos en caso de que se encuentren ante una situación límite.
«Puede haber un equipo completo, profesionales, insumos, pacientes que necesiten, pero sin donantes no hay trasplantes», mencionó la Dra. Nancy Garay, jefa del departamento de Cardiología.
La profesional resaltó la importancia de hablar en la sociedad de la necesidad que tienen algunos niños de un trasplante y de tener empatía ante situaciones límites que les toca vivir a muchas personas.
El Dr. Diego Gamarra, coordinador de terapia intensiva cardiológica, por su parte valoró el trabajo de todo el equipo que, día a día, apuesta a la vida, cada uno cumpliendo con sus funciones.
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