Muy criticado por sus zigzagueantes posturas, hizo propaganda política a costilla de un enfermo, habría influido para que su hermano acceda al programa Tekoporã, «raboneó», y fue acusado por su colega de estar vinculado al «negocio» del transporte interno de pasajeros. Pese a ello quiere el «rekutu».
El concejal Alfredo Lezcano es otro de los #EscombrosSL que enfrenta cuestionamientos de diversos tipos. En el aspecto político, muy criticado por sus acomodadas posiciones a favor del exintendente Albino Ferrer, quien renunció ante una inminente intervención de la Contraloría. Tampoco estuvo desmarcado del cuestionado exintendente Alcibíades Quiñonez, con quien también mantuvo un “romance político”. De hecho, muchas personas que trabajaron por su candidatura renunciaron al punto de pedir disculpas a todas las personas que confiaron en su proyecto.
«Es lo mínimo que puedo hacer, porque tengo una vergüenza enorme de haber sumado votos para este tipo de personajes», lamentó Roque Avalos. Y agregó, «Lezcano y Bonett hoy son serviles plenamente al oficialismo».
En agosto de 2017, Lezcano hizo y probablemente siguió haciendo abuso de su poder económico para utilizar a los enfermos en pro de una campaña electoral a favor de su hija, Aurora Lezcano, quien se candidató a diputada. Una adhesión lo confirma. Hay más casos.
Ese mismo año, se vio involucrado en un escándalo importante, tuvo a su hermano en la lista de beneficiados del programa Tekoporã. La pensión es exclusiva para personas con discapacidad severa y en situación de pobreza. Primero negó, pero ante la presión se vio obligado a confirmar que su hermano resultó beneficiado. Finalmente Manuel Lezcano fue apartado de la lista.
Se ausentó en una sesión para acompañar a su hija Aurora Lezcano a la medida de fuerza que estaba realizando junto a un grupo de alumnos de la Universidad Católica que pidió la restitución del rector de Filosofía. Consultado en aquel tiempo el secretario general de la Junta Municipal, Hugo Baez, dijo que el edil comunicó que se estaría ausentando «por motivos de fuerza mayor», lo que podría suponer algo muy urgente. No obstante, los lectores confirmaron que se encontraba en ese momento acompañando políticamente a Aurora Lezcano, su hija, quien ya estaría en plena campaña proselitista para la diputación. Como era de esperarse, no le descontaron la dieta.
Algunos funcionarios municipales se mostraron indignados. Los funcionarios dijeron que con ellos son muy exigentes en el cumplimiento del horario y que sería «injusto» que por este tipo de ausencia el concejal perciba íntegramente su dieta. «Él debería ser el ejemplo», expresó un funcionario.
En junio del año pasado, los concejales Ovidio Ortiz y Nelson Peralta casi llegaron a los golpes en plena sesión que buscaba cancelar el itinerario de la Línea 7, “amigo” del concejal Peralta. Este último no solo cruzó con su colega Ortiz, también arremetió contra Lezcano, quien también sería empresario del transporte interno. “¡No puede ser Alfredo, Alfredo no tenés vergüenza, vos sos transportista!”, acusó Peralta. Fue un tiempo donde los intereses eran fuertemente disputados.
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