Las manifestaciones indígenas aumentan la presión sobre las políticas del presidente. Los reclamos son para que bajen el precio de los combustibles. También la fijación de precios de los productos agropecuarios.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, aseguró el martes que a la ciudad le quedan alimentos en los mercados para tres o cuatro días y advirtió que está cerca de una situación crítica a nivel sanitario porque no se ha podido recoger la basura, debido a las violentas protestas de los indígenas para exigir al gobierno ecuatoriano la reducción del precio de la gasolina, entre otras demandas.
En una entrevista con The Associated Press, Guarderas manifestó que «es dramática la situación» y aseveró que los mercados «están quedando desabastecidos por el cierre de carreteras y porque los vehículos que traen los productos no han podido pasar, pero además en las protestas hay grupos violentos que recorren los mercados obligándoles a cerrar sus instalaciones, donde queda alguna reserva de alimentos».
Otro temas que preocupa a la alcaldía es que «los carros recolectores de basura no pueden circular y la basura comienza a acumularse en distintos sectores, (lo que) podría generar una emergencia sanitaria porque no se pueden recoger unas 2.000 toneladas (de basura) diarias».
Desde el 14 de junio, la Confederación de Nacionalidades Indígenas, la mayor de su tipo en la nación andina, mantiene un paro nacional por tiempo indefinido que ha afectado especialmente a seis provincias del centro norte ecuatoriano en demanda de la reducción del precio de la gasolina, la fijación de precios de los productos agropecuarios y mayor presupuesto para la educación y otros servicios básicos.
AP
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