Las protestas en Kazajistán, que comenzaron por la suba del precio del combustible, se extendieron a lo largo y ancho del país. Los manifestantes armados contra el Gobierno intentaron tomar control sobre varias estaciones de policía de la ciudad.
La escalada de violencia con la que se sucedieron los hechos sorprendió a todos tanto a nivel local como internacional, y se cree que no solo se debe a la suba de precios del combustible. El primer mandatario, Kasim-Yomart Tokaev ordenó «disparar a matar» contra los manifestantes.
Este jueves, las fuerzas de seguridad de Kazajistán informaron sobre la muerte de decenas de manifestantes, en una operación para mantener el orden en la ciudad de Almaty, la principal del país.
A esta situación se suma el fallecimiento de 12 miembros de las fuerzas de seguridad. Además, el Ministerio de Salud informó sobre al menos unos 1.000 heridos y cientos de hospitalizados.
Rusia ha enviado sus tropas de apoyo tras el pedido de auxilio del gobierno kazajo. El presidente de dicho país, Tokaev, aseguró que detrás de las protestas se esconden «bandas terroristas» entrenadas en el extranjero.
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