Quito (EFE).- El presidente electo de Ecuador, Daniel Noboa, juró este jueves el cargo de jefe de Estado en una ceremonia de investidura que se celebró en la Asamblea Nacional (Parlamento) con la que asumió el mando y sucedió al gobernante saliente, Guillermo Lasso.
Junto a su vicepresidenta, Verónica Abad, Noboa se convirtió así, con 35 años, en el presidente más joven de la historia de Ecuador, cuyas riendas tomará con importantes desafíos por delante como una crisis de inseguridad y violencia criminal sin precedentes y una “preocupante” situación económica, como él mismo definió en días pasados.
Noboa hizo el juramento del cargo ante el presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, quien posteriormente le impuso la banda presidencial cedida por Lasso.
Con su investidura, el hijo del magnate del sector bananero y cinco veces candidato a la Presidencia Álvaro Noboa inicia un corto mandato de apenas año y medio donde completará el periodo de 2021 a 2025 que Lasso interrumpió en mayo pasado al aplicar el mecanismo constitucional de la ‘muerte cruzada’.
Mediante esa herramienta el mandatario disolvió la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, para hacer nuevas elecciones generales en las que no se presentó a la reelección y quien terminó ganando fue Noboa, al imponerse en la segunda vuelta celebrada el pasado 15 de octubre a la correísta Luisa González.
Las prioridades de Daniel Noboa como presidente de Ecuador
Las primeras medidas que Noboa ha anticipado que tomará ya como presidente será declarar un estado de excepción, para así acelerar el trámite legislativo de dos proyectos de reforma tributaria y reforma eléctrica que va a presentar al Parlamento, con los que busca abordar los problemas de empleo y electricidad que heredará de su predecesor.
Estos decretos los firmará en principio en la misma tarde de este jueves, cuando llegue al palacio presidencial de Carondelet, situado en el centro histórico de Quito, para comenzar a ejercer sus primeras medidas como jefe de Estado.
Allí se espera que también firme las designaciones de algunos de sus ministros, aunque el nuevo mandatario de Ecuador ya anticipó que la foto completa de su gabinete no se tendrá hasta al menos el domingo.
Hasta el momento Noboa no ha revelado quiénes serán los ministros de Interior y de Defensa Nacional, las carteras directamente involucradas en aplacar la crisis de inseguridad y violencia del crimen organizado.
El pedido de unidad
Daniel Noboa pidió unidad a la ciudadanía y dejar viejos esquemas políticos en el pasado, para sacar al país adelante y enfrentar grandes retos, como el desempleo y la creciente violencia.
En su primer discurso tras ser investido en la Asamblea Nacional (Parlamento) como jefe de Estado, Noboa subrayó que cree en la fuerza de la juventud y puntualizó que a muchos les costará encasillarlo en viejos paradigmas políticos o ideológicos.
“Por bien del Ecuador y porque tengo una visión renovada y joven, me lancé a la Presidencia sin dudarlo. Pocos pensaban que tenía posibilidades, el resultado de esta elección nos lleva a algunas reflexiones importantes: que aquellos que ven la política como una realidad de extremos y revanchas no tendrán el respaldo popular”, comentó.
El jefe de Estado dijo creer en un Estado “que tiene como primer objetivo reducir la violencia y volver del progreso, una costumbre”.
“Más allá de todos los retos que tenemos, creo en el Ecuador, en el cambio y en su futuro”, agregó.
El país necesita cambios, que deben tener sentido de urgencia, dijo en un discurso que duró menos de 10 minutos, al recordar que, aunque cree que su familia ha sido perseguida políticamente en el pasado, se debe romper el ciclo de revanchas.
La seguridad, un elemento presente
A la investidura de Noboa asistieron autoridades de otros países como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y los vicepresidentes de Brasil, Geraldo Alckmin, y de Honduras, Renato Florentino Pineda, así como el expresidente colombiano Andrés Pastrana.
El acto tuvo un dispositivo con extremas medidas de seguridad en torno al edificio de la Asamblea Nacional, que desde primeras horas de la mañana estuvo resguardado por un gran contingente policial y militar, lo que incluyó francotiradores en los tejados de la sede del Legislativo.
A su vez, se erigió en sus alrededores un cerco donde se restringió el tránsito para controlar el acceso únicamente a las personas autorizadas a la ceremonia.
Noboa llegó al acto en compañía de su esposa, Lavinia Valbonesi, y de sus dos hijos, mientras que dentro de la sala también estuvo su madre, la doctora Annabella Azín, que hizo carrera política como diputada y asambleísta.
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