¿Cómo dormir bien durante un viaje?

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La combinación de estar en un entorno nuevo y la interrupción de las rutinas habituales puede hacer que relajarnos en un viaje sea un desafío. Qué hacer frente a los cambios en la temperatura ambiente, los ruidos e incluso los olores que tienden a mantenernos alertas.

Desde la reducción del estrés hasta un mejor estado de ánimo, los beneficios de dormir bien pueden mejorar cualquier viaje. Desafortunadamente, muchas personas luchan por dormir bien mientras viajan. Ya sea que lo hagan por negocios o por placer, es común tener problemas para dormir tanto en tránsito como en el destino final.

Dormir bien puede mejorar nuestro tiempo fuera de casa, mientras que las interrupciones del sueño causadas por el desfase horario, la fatiga del viaje y los cambios en el entorno pueden dificultar que disfrutemos de un viaje. La falta de sueño puede afectar nuestro estado de alerta y atención y provocar síntomas incómodos como dolores de cabeza, somnolencia diurna y malestar estomacal.

Afortunadamente, pasos como sentirse cómodo en un vuelo largo, ajustar el horario de sueño con anticipación y elegir el alojamiento adecuado pueden mejorar un viaje y ayudarnos a sincronizarnos con el ritmo de vida en su destino. «La clave está en encontrar una rutina que funcione para cada uno. La gente varía mucho en su capacidad para dormir en los vuelos de las aerolíneas, por ejemplo. Algunos no son capaces de dormirse nunca, y otros se quedan dormidos antes del despegue», sostuvo en diálogo con la revista de salud y bienestar estadounidense Real Simple, el doctor David Nelson Neubauer, miembro de la Junta de la Fundación Nacional del Sueño y profesor asociado de psiquiatría en Johns Hopkins Medicine.

«Una buena estrategia para limitar los efectos del jet lag es evitar empezar un viaje ya privados de sueño. Planifiquen con antelación y no pierdan el sueño por hacer la maleta en el último momento. Todos tenemos ritmos prominentes de 24 horas coordinados por el reloj circadiano de nuestro cerebro. Nuestra exposición diaria a la luz diurna refuerza la sincronización de nuestro ritmo circadiano, pero no cambia instantáneamente cuando viajamos rápidamente a diferentes zonas horarias», añadió el experto.

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