Claves para afrontar el cansancio del estrés sostenido

El estrés prolongado genera agotamiento en las personas. (Foto: Adobe Stock)

El agotamiento que acarreamos desde hace más de un año puede llevarnos a actuar impulsivamente o de manera involuntaria. Te damos algunos tips para que mantengas en equilibrio tu inteligencia emocional.

Por Laura Podio, TN


Luego de más de un año de pandemia, seguimos sosteniendo una situación de alarma y cuidado casi permanente. Hemos sentido angustia, miedo, impotencia, bronca. Tuvimos períodos de estar inundados de información, mensajes alarmantes, promesas apocalípticas y preocupaciones nunca imaginadas. Lo compensábamos quizás con “ayunos” de noticias, no queriendo oír ni ver lo que estaba ocurriendo

Nos acostumbramos al home office, incluso encontramos sus ventajas y hasta muchos quisieran seguir de esta manera. Los chicos comenzaron un cierto grado de presencialidad en la escuela, con lo cual las tensiones domésticas bajaron un poco.

Volvimos de a poco a reunirnos con familia extendida y amigos, aunque claro, no podemos disfrutar de los abrazos y nos queda un cierto gusto amargo, por lo que volvemos a sentirnos cargados, estresados, frustrados y con temor a volver a vivir lo mismo que el año pasado. Todo eso, claro, no es gratuito para la salud emocional.

También es probable que estemos más tristes que lo habitual, o que las cosas que nos gustaban ya no nos atraigan tanto. Podemos sentirnos vulnerables, irritables e intolerantes. Hasta nos aburrimos de las maratones de series (bueno, casi…).

Todo lo mencionado tiene que ver con el agotamiento que genera la exposición a un estrés prolongado, como el que estamos transitando. Por eso, quiero compartir algunas herramientas para transitar esta etapa, regular las propias emociones para que el desagrado o la bronca no nos hagan reaccionar y generar más malestar en nuestros espacios de convivencia.

Si la bronca, el cansancio o el desaliento te inundan, te paso algunas sugerencias:

  • No discutas por cosas insignificantes. Te quita la energía para lo que es importante y desgasta los vínculos con las personas cercanas.
  • Si no podés evitar una discusión, tratá de que no haya una escalada de violencia. Retirate del lugar de la pelea (no pienses que es cobardía, es autopreservación).
  • Respirá profundo inhalando por la nariz. Aunque te parezca un detalle trivial, la respiración cambia la química cerebral, ayuda a que bajen tus pulsaciones y te calma.
  • Distanciate de la situación. No es sencillo, pero se trata de comprender que el estrés no sólo te impacta a vos, sino a todos. Tomá un vaso de agua fresca o salí a tomar aire fresco. Eso hará que vaya diluyéndose la bronca.
  • Poné límites a la hora de intercambiar sobre algunos temas, diciendo por ejemplo: “No quiero hablar de esta manera” o “No quiero hablar así en este momento”.
  • Contagiá al otro con tu actitud. Intentá calmarte, hablar tranquilamente y que tu voz sea lo más suave y baja posible.
  • Tratá de conversar serenamente de lo que sucedió. La regla es que comiences reconociendo tu parte de responsabilidad y que comprendas al otro. Por ejemplo, podés decir: “Entiendo que te enojes, pero no fue mi intención molestarte” o “No advertí que estabas nervioso”, “Perdón por no escucharte”. La mayor parte de las personas bajan las murallas de defensa ante estas frases y se va diluyendo el conflicto.
  • Perdonate si no cumplís con todo. Hay momentos en que se necesita cargar energías para seguir afrontando situaciones tensas y la autoexigencia es una mala compañera.
  • Tratá de descansar más tiempo. Desconectate un poco de las pantallas y dormí. Si no podés, agarrá ese libro que está juntando polvo en tu biblioteca y que venís postergando.
  • No generalices los conflictos ni los males: No todo está mal y tenés herramientas para enfrentar las amenazas. Pensá que el año pasado no teníamos el horizonte que nos dan las vacunas.
  • No abandones las cosas que te hacen bien. Puede ser que las actividades no sean ideales. Ya sé, tenés que cursar online y te aburre la compu, o tenés que usar barbijo y te incomoda, o cualquier otra excusa que te pongas. Pensá que las actividades que disfrutás son los recreos mentales que te permiten cargar energía.
  • No dejes de moverte. El ejercicio brinda grandes beneficios emocionales, además de mantenerte en forma. No hace falta que comiences un maratón, al menos caminá un rato por día al aire libre.
  • Mantené rutinas saludables: la alimentación, el ejercicio y el descanso son vitales a la hora de afrontar tiempos complicados. Sin dudas, en esas rutinas tiene que estar también la de autocuidado ante la pandemia.

Ser capaces de hacer frente a las decepciones, controlar los impulsos que pueden llevarnos a responder de manera violenta, manifestar empatía y manejar las amenazas, demuestran nuestra inteligencia emocional que no siempre va de la mano de la intelectual o con los títulos académicos, pero es fundamental para vivir una vida mejor.

Así como cuidándote estás cuidando a los demás, si manejás de mejor manera tu salud emocional harás que este tiempo incómodo sea mejor para vos y para los que te rodean. Además, hará que las consecuencias del estrés prolongado no sean tan profundas. Vale la pena, ¿verdad?

Fuente: Todo Noticias (TN)

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