Un equipo internacional de científicos está analizando los datos obtenidos del asteroide Bennu para desvelar uno de los mayores misterios de la física moderna: la posible existencia de una quinta fuerza fundamental que podría cambiar por completo nuestra comprensión del universo.
La física moderna se basa en cuatro fuerzas fundamentales: la gravedad, el electromagnetismo, y las fuerzas nucleares débil y fuerte. Sin embargo, desde los años 80, los científicos han especulado sobre la posibilidad de que exista una quinta fuerza desconocida que podría explicar fenómenos aún no comprendidos. Ahora, gracias a los datos recabados del asteroide Bennu, un equipo internacional de investigadores podría estar más cerca de confirmar esta teoría.
Bennu, un asteroide cercano a la Tierra, ha sido uno de los objetos más estudiados por la ciencia. Desde su descubrimiento en 1999, su trayectoria ha sido seguida con gran precisión utilizando datos ópticos, radiométricos y de radar. La misión OSIRIS-REx de la NASA ha proporcionado información crucial que convierte a Bennu en un laboratorio natural para probar hipótesis sobre nuevas fuerzas fundamentales.
Los científicos creen que cualquier anomalía en la órbita de Bennu podría ser la señal de la presencia de una fuerza desconocida actuando sobre el asteroide. El análisis de estos datos se ha centrado en buscar la interacción de una posible quinta fuerza con partículas de materia oscura ultraligera. Aunque no se han encontrado pruebas concluyentes, los resultados actuales han refinado los límites de las hipótesis existentes, lo que abre la puerta a futuros estudios más profundos.
La teoría de una quinta fuerza no es nueva. En los años 80, científicos del MIT propusieron la existencia de una fuerza similar a la antigravedad, mientras que en 2000 se introdujo el concepto de «quintaesencia» para explicar la energía oscura. En 2015, un equipo de la Academia Húngara de Ciencias detectó una partícula que podría estar relacionada con esta fuerza, aunque su descubrimiento aún es objeto de debate.
Actualmente, el astrofísico Yu-Dai Tsai y su equipo buscan anomalías gravitacionales en objetos celestes como Bennu para confirmar la existencia de esta fuerza esquiva. Tsai ha destacado que, al igual que en el caso del descubrimiento de Neptuno en el siglo XIX, las trayectorias de los cuerpos celestes son herramientas valiosas para descubrir nuevas leyes físicas.
La misión OSIRIS-APEX y el futuro de la investigación
El estudio de Bennu continuará con la misión OSIRIS-APEX, que investigará el asteroide Apofis cuando pase cerca de la Tierra en 2029. Esta nueva misión podría proporcionar datos aún más precisos sobre la interacción de fuerzas desconocidas con objetos celestes, lo que podría arrojar luz sobre la existencia de la quinta fuerza.
Sunny Vagnozzi, coautor del estudio, ha señalado que estas misiones son fundamentales para explorar las posibles extensiones del Modelo Estándar de la física. Aunque aún no existen pruebas definitivas, el interés por descubrir la quinta fuerza sigue creciendo, tanto en laboratorios terrestres como en el espacio.
El impacto de este descubrimiento en nuestra comprensión del cosmos
Si la existencia de esta quinta fuerza se confirma, podría transformar nuestra comprensión de la materia oscura y la energía oscura, así como revolucionar el modelo estándar de la física. La posibilidad de una nueva fuerza fundamental no solo intriga a los físicos teóricos, sino que también plantea profundas preguntas sobre la estructura misma del universo. Mientras tanto, el análisis de Bennu y otros asteroides continúa siendo una de las estrategias más prometedoras para resolver este enigma científico.
Gizmodo
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