El Rayadito ya prácticamente le dice adiós a la posibilidad de ascender a Primera División, ya que nuevamente perdió ante Tembetary 2-1, y éste extendió su ventaja a 12 unidades, alcanzando la cima del campeonato. Segunda caída consecutiva y cuatro partidos sin conseguir victorias, es la marca que registra el conjunto conducido por Hugo Ovelar, quien no le está encontrando vuelta a una situación con síntomas de irreversibilidad.
Por Sergio Velázquez
Una victoria no lo habría metido de lleno en la lucha, porque ya son tantos los puntos que se perdieron, pero una caída y más ante un equipo encaminado a ascender como Tembetary, indudablemente golpea. Golpea, no por la ilusión, que naturalmente está perdida desde hace varias jornadas, pero sí desde el amor propio, el carácter y las ganas que no le pone este grupo de jugadores que no están a la altura de lo que en principio se trazó como objetivo.
La falta de compromiso, de rebeldía y de carácter, predominaron en este equipo a lo largo y ancho de todas estas 20 jornadas disputadas. El factor fortuito se perdió, porque hay que reconocer que varias de las victorias que San Lorenzo supo conseguir, futbolísticamente son difíciles de explicar.
Son rachas, en aquel entonces positivas; hoy absolutamente negativas. Pero lo que es evidente, es lo siguiente: este equipo es igual o peor que el que fue conducido por Ruben Maldonado. Es discutible si su salida era conveniente, pero en el mundo del fútbol es muy normal que las destituciones por malos resultados se terminen dando. Ahora; Hugo Ovelar dio sobradas muestras de que su contratación no cambió en nada.
Un partido como el que se perdió ante Tembetary tiene explicaciones: los defectos reiterativos que tiene este San Lorenzo, con un arquero inseguro como Rhuan Dos Santos, a quien se lo recibió como un refuerzo de categoría, pero la verdad es que estuvo lejos de llenar las expectativas depositadas en él. Una defensa que nunca encuentra el orden, ni con los que estaban ni con los que llegaron y que da la impresión de no confiar en el arquero que tienen. El rombo en el mediocampo que no se entiende cuál es la función de quienes la conforman, puros nombres, y adelante… ¿Quién es el goleador? ¿Cuántos goles tiene? ¿Y nuestro Sub 19 pio mba’eteko? ¿Omacha pio, o juega solo por la regla?
Un sinfín de situaciones que llevan a este mal momento del club, y si bien hay posibilidades matemáticas, los números son demasiado fríos. Así como Recoleta supo sacar muy buena ventaja como único líder, hoy fue alcanzado por Tembetary. Y así, claro que San Lorenzo puede también, matemáticamente, tener una racha similar. El tema es, ¿cómo? Si no hay algo que permita hacernos creer que tal posibilidad pueda darse. ¿Qué podría llevarnos a renovar la esperanza? Reforzar ya no se puede; ¿cambiar de DT? ¿A quién traerían?
Como ya lo habíamos señalado tras otras tantas decepciones que dio este equipo, es tan complicado creer cuando son ellos quienes lo hacen más difícil de lo que es.
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