Madrid (EFE).- Tras la invasión rusa de Ucrania, Taiwán se siente cada vez más amenazado por China, aliado de Moscú, porque esa es la política que aplican “los países autoritarios cuando consideran que concuerda con sus intereses”.
Así lo ha reconocido a EFE el ministro taiwanés de Asuntos Exteriores, Joseph Wu.
“China está aumentando su amenaza militar contra Taiwán, proveniente de su Fuerza Aérea o su Armada, y también en forma de guerra híbrida, con campañas de desinformación, ataques cibernéticos y guerra cognitiva dirigida a la sociedad taiwanesa”, asegura Wu.
También señala el intento de “manipulación del sistema político” y recalca que su país “está más amenazado desde el 24 de febrero del año pasado”, fecha de la invasión rusa de Ucrania.
En la entrevista con EFE, realizada por vía telemática, Wu ha manifestado que “una vez que vimos a los rusos lanzar un ataque contra Ucrania sin mediar provocación alguna nos dimos cuenta de que un país autoritario puede hacer cosas similares cuando quiera, si ve que encaja con sus intereses”.
En este sentido, subraya que “si nos fijamos en los preparativos militares chinos”, se puede decir que “la amenaza parece estar aumentando”.
Cooperación con Occidente como elemento disuasorio
Según el responsable de la diplomacia taiwanesa, su país intenta presentarse ante la comunidad internacional como un actor “responsable y moderado” en sus políticas, ante la – a su juicio – creciente amenaza china.
Una amenaza ante la que es necesario reforzar su actuación en materia de defensa, para lo cual se han tomado diferentes medidas, como aumentar la inversión en ese terreno o prolongar el periodo del servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año.
Asimismo, comentó, se está haciendo un notable esfuerzo en el campo de la guerra asimétrica, “sobre todo tras observar la experiencia ucraniana de poder mantener a raya al ejército ruso”.
“Queremos trabajar más con socios similares a nosotros; con la UE, con los principales países europeos, con Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, etc, para que China sepa que si desencadena una guerra contra Taiwán, no solo lucharán contra nosotros, sino contra el resto del mundo, especialmente las democracias”, ha señalado el ministro.
El Indopacífico
Además, Wu también ha destacado el relevante papel que la alianza defensiva AUKUS -integrada por Washington, Camberra y Londres- tiene como elemento disuasorio y potencial escudo defensivo de su país y en la región del Indopacífico ante hipotéticas agresiones.
En opinión del ministro taiwanés, la pretensión de China no sólo radica en amenazar o eventualmente atacar Taiwán, sino que sus planteamientos tienen una perspectiva mucho más amplia que pasa por afianzarse en diversos lugares estratégicos del Indopacífico.
En este sentido ha comentado que “cada vez que Australia realiza ejercicios militares, especialmente navales, China siempre envía barcos-espía que se acercan mucho para recopilar información y eso se convierte en una amenaza”.
Ahí enmarca Taiwán el acuerdo de seguridad que China firmó el pasado mes de abril con las Islas Salomón, de las que geográficamente se encuentra muy lejos, pero que “están justo a las puertas de Australia”.
Reconocimiento internacional
Wu también ha analizado en la entrevista la peculiar situación en el ámbito de las relaciones internacionales en la que se encuentra Taiwán, que no es miembro de la ONU y mantiene relaciones diplomáticas solo con 14 estados pero es un importante socio financiero, comercial y militar de muchos más, sobre todo entre las democracias liberales.
En este contexto, ha aludido a la posible pérdida de peso específico que ha sufrido, sobre todo en algunos países latinoamericanos, que en los últimos tiempos parecen decantarse hacia China.
“Hemos perdido algunos de nuestros aliados diplomáticos porque China pudo utilizar recursos financieros o hacer promesas a algunos países para que estos pensaran que obtendrían más beneficios al reconocerla. Pero después de todos estos años, tenemos viejos amigos que regresan a Taiwán y nos dicen que China no cumple sus promesas”, ha señalado Wu.
Para el diplomático taiwanés, “China hace promesas vacías y luego se involucra también en prácticas corruptas, como beneficiar a políticos corruptos”.
Los semiconductores
Otro de los asuntos a los que se ha referido Wu ha sido la cuestión de los semiconductores, de los que Taiwán es el primer productor mundial, y a la competencia feroz que mantiene con China para mantener esa hegemonía.
“Taiwán es un pilar básico de la industria de semiconductores y, por lo tanto, si China lanza una guerra contra Taiwán, impactaría en el resto del mundo, no sólo por los productos, sino también por la cadena de suministros. Creo que el mundo va comprendiendo gradualmente el tipo de consecuencias que sufriría si China emprendiese una guerra contra Taiwán”, ha sentenciado.
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