La transmisión de los autos es la encargada de transferir la potencia que genera el motor a las ruedas para que este pueda avanzar. Su sistema proporciona la potencia necesaria a las ruedas motrices del vehículo para que puedan funcionar.
Al igual que el motor, la transmisión de los autos está conformada por muchas piezas metálicas, engranajes y discos que necesitan de un lubricante para poder trabajar adecuadamente, además de evitar la fricción en seco que pueda dañar todas sus piezas.
Por eso, es muy importante que tu transmisión tenga siempre la cantidad adecuada de aceite. Es importante que siempre esté al nivel recomendado, que no tenga menor y que tampoco tenga de más.
Aunque suene raro, si la transmisión de tu auto tiene aceite de más su rendimiento no será el óptimo. Así que antes de agregar lubricante asegúrate que de verdad lo necesite y si crees que tiene demás pon atención a las señales que tu auto da.
Por eso, aquí te decimos 5 síntomas que indican que la transmisión de tu auto tiene lubricante de más.
1.- Nivel de líquido alto en la varilla medidora
La transmisión tiene una varilla medidora, por lo que si estás tratando de averiguar si hay demasiado líquido de transmisión, es lo primero que debes revisar.
Para verificar con precisión el nivel del líquido de la transmisión en la varilla medidora, el motor debe estar a la temperatura de funcionamiento. Debes revisar el fluido de la transmisión cuando está caliente porque el fluido se expande cuando se calienta. Esto significa que si lo estás revisando cuando está frío y el nivel ya está demasiado alto, solo empeorará si lo está revisando a la temperatura de funcionamiento.
2.- Sobrecalentamiento del motor
Uno de los propósitos del líquido de transmisión es evitar que el sistema se sobrecaliente, por lo que podría no tener mucho sentido que demasiado pueda provocar un sobrecalentamiento.
Pero el problema es que cuando hay demasiado fluido de transmisión en el sistema, simplemente no funciona como debería.
3.- Problemas para cambiar de velocidad
El fluido de la transmisión está ahí para mantener todo lubricado y que los cambios de velocidad se hagan suavemente. Si bien la cantidad correcta de líquido de transmisión no crea ningún problema, demasiado puede hacer que no funcione adecuadamente.
En los vehículos de transmisión automática, los cambios se sentirán más duros y en una manual necesitarás aplicar un poco más de fuerza a la palanca de cambios para llegar a la velocidad que deseas.
4.- Fuga de líquido
Demasiado líquido de transmisión conduce a una acumulación excesiva de presión y los sellos solo pueden manejar una cantidad limitada. Cuando esto sucede, puede provocar que algunos de los sellos se agrieten o fallen y, como resultado, comenzará fugar lubricante de la transmisión.
5.- Transmisión que se patina
Demasiado líquido de transmisión ejerce una presión adicional sobre todo lo que hay dentro de la transmisión. Esto puede tener una amplia gama de efectos, pero uno que es muy probable es que hará que la transmisión se desactive de vez en cuando.
Todo lo que probablemente notarás en un vehículo automático es una breve caída de potencia y un poco de torpeza mientras conduces. Si conduces un vehículo con transmisión manual, votará la velocidad y tendrás que volver a meter la velocidad.
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