La diabetes no sólo se da en adultos, pues los niños también pueden presentarla; si te preocupa la salud de tu hijo debes consultar los principales síntomas que alertan sobre la enfermedad.
La diabetes es una de las enfermedades más comunes a nivel mundial y cualquiera de sus cinco tipos diferentes pueden presentarse sin importar la edad; aunque se suele creer que sólo los adultos pueden desarrollarla, lo cierto es que los niños y adolescentes también son población de riesgo, en especial si tienen antecedentes familiares y si no cuidan su estilo de vida como alimentación y actividad física, que son claves para prevenir la enfermedad.
Es por ello que una de las recomendaciones de los pediatras hacia los padres de familia es prestar atención a las señales que podrían advertir alguna complicación de salud en sus hijos, pues además de la diabetes existen otras enfermedades que se deben considerar. En lo que respecta a este padecimiento, hay algunos síntomas fáciles de detectar y que pueden ser una simple alerta y recibir el diagnóstico de prediabetes, o bien, tratarse de esta afección y comenzar a tratarla para no agravarla.
De acuerdo con el sitio especializado Medline Plus, el tipo más común en niños y adolescentes es la tipo 1, mejor conocida como diabetes juvenil, misma que ocurre cuando «el páncreas no produce insulina, que es una hormona que ayuda a que la glucosa entre en las células para darles energía. Sin insulina, demasiada azúcar queda en la sangre»; sin embargo, eso no los libra de desarrollar la tipo 2, que es cuando «el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente».
Algunas de las razones por las que los menores pueden tener complicaciones de salud relacionados a la diabetes es por el sobrepeso u obesidad, además de antecedentes familiares por esta enfermedad e incluso por la falta de actividad física. Así que de sospechar que los niños en casa pueden tener esta enfermedad, lo ideal es consultar a un profesional de la salud que haga las pruebas necesarias para confirmar o descartar las sospechas.
Por supuesto, antes de ir con el médico, algunos síntomas que se pueden detectar en casa gracias a los comentarios de los niños, pues aunque en algunos casos la diabetes puede ser silenciosa, en muchos otros hay señales que el cuerpo envía para avisar que algo está mal y al causarles molestia o malestar, seguramente los pequeños lo harán saber a sus padres, por lo que es muy importante prestarles atención.
¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en niños?
Como adelantábamos, hay muchos tipos de diabetes y las más comunes en menores son la tipo 1 y la tipo 2; en lo que respecta a la primera de ellas, Mayo Clinic advierte que los signos y síntomas suelen desarrollarse rápidamente, además que en algunos casos pueden pasar desapercibidos debido a que se confunden con el desarrollo normal de los niños, en especial durante la adolescencia o porque se relacionan con otros factores.
Pero la clave está en detectar las primeras señales y consultar a un profesional de la salud si se observan cambios como un aumento en la sed, orinar con mayor frecuencia, mojar la cama por las noches, hambre extrema, pérdida de peso, cansancio y fatiga e irritabilidad con cambios de comportamiento, así como aliento con olor a fruta.
Por otro lado, la diabetes tipo 2 incluye los síntomas anteriores, pero se agregan algunos más; cabe recordar que se trata de una enfermedad crónica en la que puede haber mayores consecuencias para la salud a largo plazo, especialmente si no se controla con un tratamiento oral e incluso con insulina. Lamentablemente, detectarla no es tan fácil a menos que se realicen las pruebas correspondientes, y es que se sabe que «en los niños puede manifestarse de manera tan progresiva que no haya síntomas perceptibles».
Es por ello que los chequeos de rutina son la mejor opción para detectarla, por supuesto, cuando los menores tienen un alto nivel de azúcar en el torrente sanguíneo, sí se pueden presentar algunos síntomas entre los que destaca la visión borrosa, áreas oscuras en la piel (cuello, axilas e ingle), infecciones frecuentes, pérdida de peso, aumento de sed, orinar frecuentemente, aumento del hambre y fatiga.
Cabe destacar que al recibir el diagnóstico de alguno de estos dos tipos o por prediabetes, cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar los síntomas y a prevenir mayores complicaciones de salud. Para ello se deben seguir las especificaciones del medico, aunque las recomendaciones generales son tener una dieta balanceada y rica en fibra, además de realizar ejercicio y bajar de peso.
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